¿Quién dijo que no se podían tocar las nubes con las manos, sentarse en ellas, ver el mundo ahí abajo tan pequeñito e insignificante, perderse entre las tormentas, sentir la lluvia más cerca que nunca?¿Quién dijo que no se podía? Porque a mi, me haces llegar al cielo y no solo tocarlo con la punta de los dedos, si no abrazarlo y quedarmelo todo para mi.
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